Dos vasos de yogur con una Cuerda *

Qué tiempo la de niños cuando jugábamos con cosas de comer, o que cuando no las comíamos, pensábamos que hacer con aquello para jugar, y es que nosotros inventamos hasta el teléfono móvil.

Pero los tiempos ya no son los mismos, y mis tenis no son los mismos de aquella época, bueno los de cuadros sí.

Soy usuario de Facebokk casi desde que salió el servicio, al principio ni yo ni nadie sabíamos de qué iba la cosa realmente.

Nadia, una amiga nos metió en esto del facebook, porque unas amigas de ellas en Venezuela lo tenían, y era genial para tener contacto con los amigo/as que no estaban al lado nuestro,y todo esto se llama Cara-Libro… Pues bueno, pues vale, pues me alegro.

Finalmente han pasado los años y lo único que he sacado en claro es que cada uno lo usa como le da la gana, aunque hay un uso que gana a todos, contar las cosas de la vida diaria de cada uno de nosotros y hasta los estados de ánimos.

Si sigues a un grupo medianamente grande de gente no es raro leer a diario lo que se compra uno u otro, los sitios a lo que van, donde comen, a qué hora salen de casa, a qué hora entran, hasta cuando foll… y esto ya es pasarse un poco…

Las redes sociales en general se han convertido en una forma ideal de compartir absolutamente toda nuestra información con el resto, pero también un peligro muy grande para humanidad y es que todo lo que existe puede ser contado.

Si no nos cuentan no somos; si no nos contamos no quedará rastro de nosotros.

Los abuelos o nuestras mamá, son los que más saben de esas evidencias, por eso se cuentan y nos cuentan a todas horas.

Saben que cuando se vayan se llevarán consigo la memoria, las caras y las frases de todos los que les precedieron.

Ellos aún conservan la narración oral que fue perpetuando antepasados y leyendas.

Hoy nos hemos vuelto pasivos e inmediatos.

Nos sentamos delante de las pantallas a esperar que los otros nos cuenten historias, o nos conectamos a Internet y escribimos lo que estamos haciendo en Facebook y como pongas me gusta ya no para de saltarte los comentarios, otras personas ponen me gusta en tu comentario para saber quién te escribe y asi le salta en su ordenador o teléfono móvil, ya ves, nadie escapa de contar y que le cuenten.

Y lo último que me salta cada dos por tres y que por lo visto arrasa en medio mundo es Four Square, una red en la que vas indicando en qué punto del planeta te encuentras en cada momento, la verdad que no se cual es el fin, si es que quieren que vaya a dar con ello/as o es para dar envidia de donde están y los peores son los que estan de viaje, que eso si que lo hacen para que veas donde estan y tú NO .

Vamos, que el Gran Hermano sí que ha llegado definitivamente: al paso de las semanas todos pueden hacer un recorrido por tus movimientos y conocer tus comentarios en cada uno de los sitios que has ido visitando y si ya subes una foto de con quién estabas lo tienes todo.

Y si tú llegas a alguna de esas calles y te conectas a Four Square sobre la marcha te aparecen los restaurantes o edificios emblemáticos que han reseñado los que han estado antes que tú.

Ya no eres anónimo en ninguna parte.

Te puedes estar tomando un ron tranquilamente en una terraza de santa cruz,sin saber que en ese momento hay un satélite retratando hasta la marca del ron que tienes en tus labios.

En medio de este cibercontrol nadie cuenta cómo somos, nos ven, pero no saben de nosotros, esa es una de las paradojas del mundo que vivimos.

Creemos que lo conocemos todo, pero cada vez sabemos menos de lo que sucede a nuestro alrededor, o por lo menos en el alrededor más cercano, por eso tenemos que contarnos y que escribirnos unos a otros.

De lo contrario se perderán nuestras referencias y las de las abuelas que nos enseñaron a contar historias.

Y es que estamos en un mundo vigilado y medido. Varios miles de ingenieros, matemáticos e informáticos rastrean y manejan la información que generamos a cada instante.

Una llamada con tu móvil, un pago con tarjeta de crédito, un 'click' en Internet, como el que llevas haciendo hace un buen rato en él... datos valiosísimos para un imperio de recopiladores que trabajan para empresas, Gobiernos y partidos políticos.

Cientos de miles de ojos pueden adivinar nuestros gustos, nuestras aficiones y hasta nuestras pasiones y los más cercano/as, donde estas en cada momento, o que es lo que estas comiendo y donde.

No estamos tan solos como pensamos frente al ordenador o en el móvil.

¿Dónde se encuentra el límite de la privacidad de tu vida ?

¿Hasta qué punto es lícito tener acceso a determinada información y que te anden vigilando todo el día?

¿Es posible que hoy alguien no sepa absolutamente nada sobre ti, si esa persona quiere?

Quedan 26 días tan solo para el viernes de Carnaval, ya estoy viendo mi facebook lleno de fotos de todos ustedes, y más de uno/a con su Four Square, diciendo donde se encuentra, que ya me dirás para que en carnavales, si tarde o temprano en la noche nos veremos…

Sea como sea, somos un relato corto o largo, esto según cada uno, desde que despertamos cada mañana, un argumento que no sabemos cómo se acabará escribiendo y una sucesión de encuentros y desencuentros tan inesperados como sorprendentes y enigmáticos.

Pero también nos vamos escribiendo en el camino que recorremos a diario, da lo mismo lo que pretendan hacer con las nuevas redes sociales, nuestros únicos rastros creíbles son los que dejan tus palabras y tu mirada.

Todo lo demás es olvido y virtualidad, la nada de nosotros mismos, y el estar encerrado en pantallas sin salir de ellas, que vida más triste la tuya si es así.

Que sepas que prefiero hablar contigo cara a cara y ver tu mirada, que ver la de una pantalla de ordenador o de móvil, sabiendo donde estas, como te encuentras y sobre todo espero ver tu disfraz en la calle y no en esta pantalla dichosa.

O juntar dos vasos de yogur con una cuerda y hablar y hablar tu y yo, como cuando hablaba con mis amigos de pequeño con ellos.

Feliz semana bichitos, solo quedan 26 días ,solo 26.

Buenas noches de Domingo para Lunes *