Esta Noche Me Siento Como Una Cotufa Inflada *

Y llego la tarde de Lunes del mes de Julio, el tiempo algo raro para ir a la playa, con lo que optamos por ir a un lugar donde un lunes tarde de verano ,existe poca gente .

Y es que la sala está perfectamente acondicionada, una cómoda butaca recoge la silueta de nuestro cuerpo en penumbra, sonidos perfectos hacen temblar los tímpanos y todas las pupilas de los allí presentes dibujan la misma escena, se retuerce la imagen en la gran pantalla y en nuestro regazo, un festival de colores, las Cotufas brillan entre los espectadores cual estrella iluminada lo hace en el cielo. Hoy poca gente como he comentado antes ... Y Comienza la película…

Me han acompañado siempre, desde mi primera película en el Parque de Recreo en Santa Cruz de la Palma, hasta la última que fue esta tarde, dejan su huella en el paladar y su suave textura en las manos. Si para muchos millones de personas en el mundo el maíz es uno de los pocos recursos alimentarios o económicos de los que disponen, hoy día para otros muchos millones de ciudadanos del ‘primer mundo’ el maíz tostado tiene una connotación universal y exclusiva que ni las chucherías de goma ni las papas fritas jamás podrán desbancar: comerlo mientras vemos una peli.

Esta tradición es, además, uno de los principales ,si no el que más, sustentos de las empresas exhibidoras, los cines, que recaudan buena parte de sus ingresos gracias a las Cotufas. Su desarrollo ha ido creciendo a medida que la industria cinematográfica ha mejorado sus instalaciones, y los métodos de producción y comercialización, aunque mantienen su base de romanticismo, cada vez han adquirido formas más sofisticadas. A menudo, además, forman parte de las promociones de los cines, que las ‘utilizan’ como reclamo para el espectador.

Las de toda la vida no son las únicas Cotufas,Roscas, palomitas ,pipocas,rosetas o popcorn, como se las conoce en muchos sitios del mundo mundial. Hoy en día podemos encontrar Cotufas de colores que habitualmente son dulces, con mantequilla, chocolate, limón, salsa picante, acarameladas, al natural… hay quien le pone ketchup o mostaza… Que no que es broma, jejeje... pero si incluso hay quien las utiliza para artesanía y manualidades, alejando al producto de su habitual ‘hábitat’.

Pero, sin duda, las más tradicionales son las que siguen estando en su mayor esplendor, éstas son las Cotufas con sal añadida. En cuanto a los envases han ido variando con los años, desde las tradicionales bolsitas de papel hasta las de plástico terminando por los actuales paquetes de cartón fino con dibujitos en su exterior o publicidad atractiva o los Combo que es casi un contenedor para comer. Su acompañamiento habitualmente es un gran vaso de refresco, sin el que no tendrían demasiado sentido.

Quien crea que las Cotufas son un ‘invento’ de edad similar a la del propio cine, es decir, nada en comparación con la línea del tiempo, debería saber que las culturas preincaicas ya las elaboraban bastante antes de la llegada de los Asesinos Españoles, al haberse encontrado restos de ellas en tumbas. Baste un dato: en 1948 se hallaron Cotufas en cuevas de murciélagos de Nuevo México (EE.UU.), que fueron datadas del 3600 a.C.

Las referencias documentales sobre este producto de innegable poder adictivo son muchas y variadas. Se cuenta que el mismo Cristóbal Colón, que por lo visto paso hasta por Gran Canaria, comprobó de primera mano que los aborígenes americanos hacían sombreros y corpiños con las Roscas , que vendían a los marineros. Se sabe que los primeros colonos norteamericanos comían Cotufas en el desayuno, con azúcar y crema. A principios del Siglo XVII, los exploradores franceses documentaron que los indios iroqueses hacían explotar maíz en potes de arcilla, utilizando arena ardiente y que en sus cenas se consumía cerveza y sopa hechas a partir de las Cotufas.

Pero seguro que los indios no le vieron la vertiente comercial al asunto, cosa que sí hizo en 1885 un tal Charles Cretors, de Chicago, EE.UU., el encargado de patentar la máquina comercial para fabricar las Cotufas, aunque no sería hasta el año 1.912 cuando la costumbre de comerlas en los cines inundara los primeros locales exhibidores de Estados Unidos. Desde entonces, la “maquinita” ha dado muchos millones de dólares a su inventor y a sus herederos.

Con el tiempo y la diversificación de los escenarios de ocio, las cotufas también se han hecho presentes en otros sitios, y hoy es común verlas en estadios de fútbol, canchas de baloncesto, salas de conciertos( en el Auditorio ni soñarlo que le da algo a Cristobal de la Rosa y su gente) y, por supuesto, en el recinto ferial, viendo a Ruben Blades o en el PIT,

Incluso he visto por aquello de la Crisis y cada vez más cotufas en todas las romerias de canarias para repartir en las carretas a la gente junto aun buen vino de la Tierra, O no ? .. jejeje.

Eso, en Canarias y en todo el mundo, y con muchos nombres, pues si en nuestras Islas comemos `Cotufas o Roscas´; en Venezuela `Cotufas´y en Estados Unidos degustan el ‘popcorn’, en Perú comen ‘canchitas’; en España `Palomitas de Maíz´; en Chile, ‘cabritas’; ‘pipocas’ en Brasil .

Según la tradición de muchos pueblos precolombinos, dentro de los granos de maíz habitaban espíritus tranquilos, pero que se enojaban cuando el grano se calentaba. Si el calor era excesivo, escapaban en la forma de una pequeña nube de vapor, dejando los granos inflados tras de sí. Los espíritus más tranquilos siempre permanecen.

Una vez que la sesión ha terminado y nuestros estómagos están saciados, la iluminación de la sala crece lentamente, dándole tiempo a nuestros ojos para que vuelvan a la luz. Miramos el fondo de nuestro paquete de Cotufas y entre los restos de sal, algunos granos de maíz se han resistido a explotar.

Siempre pasa, siempre hay espíritus tranquilos, pues como la vida , también ocurre con las Cotufas .

Por cierto, Cotufa viene del inglés corn to fry ("maíz para freir") ;)

Buenas Noches Cotufitas, que descansen y no dejen de comerlas, son magicas *

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