Quizás me repita, hoy puede ser de todo,que voy a ser como ese sonsonete musical que se introduce en la mente sin permiso, y que una y otra vez, merodea en los circuitos del cerebro sin que parezca que haya posibilidad alguna de desembarazarnos de el, esta tarde he estado con el principio de la canción de los Bambones 2010 de Santa Cruz es un Spa y oír de fondo entre otros, a mi amigo Pedro ( el chino ) dándolo todo.
Retomo un tema que me tiene obnubilado, casi diría, simple y llanamente: atontado.
Facebook,messeger,Twiter,los blogs,las fotos del flirck, las web... en definitiva Internet,donde tú lees esto ahora y sabes de mí y parece que estoy a tu lado ...
Este mundo que alguien creó, cual si de un dios se tratase, e hizo que montones de seres conviviesen en él de extraña manera, y sin embargo, complaciente y plena. Es un planeta dúctil, generalmente intangible e inaudible, pero de verbo fácil y que traspasa límites y fronteras. Todas. Las visibles e invisibles…
En ocasiones comparo esta maraña de cables, donde a través de una pantalla llegamos a otros; a una esponja absorbente, cuyo cometido es enjugar sentimientos y escurrirlos en otro lado de este otro planeta localizado y vívido que es el mal llamado planeta Tierra conformado por nosotros, éstos, que nos dejamos absorber gratamente y con voluntad propia, por esa esponjosidad en la que vuelan nuestras penas y alegrías hacia otros corazones, que las recogerán complacientes.
Quizá, en algunas ocasiones, más, de lo que cualquier ser humano próximo a nosotros sea capaz de hacer.
Yo; ser débil, insumiso, sorpresivo, espontáneo y maleable, siempre fui capaz de volar sin alas. Jamás veté a mi imaginación, e incluso la empujaba suavemente para que se lanzase en pos de otros lugares que recorrer, y en donde hallar otros modos distintos de vibrar. Y hallé éste. Y volé y fui enjugado, y absorbí cual esponja henchida y feliz.
Algo inesperado refulgió en mi interior e interpuso una barrera en mi cotidianidad, que me impide una y otra vez, alejarme indefinidamente de esta red en la que me siento confortablemente instalado. Nunca esperé que muchos asomasen su rostro a mi ventana sin cristales. En absoluto pensé que hubiese avalancha humana en mi puerta, ni me nubló la mente, el ansia por verme rodeado de palabras a costa de lo que fuese.
Lo pasé mal cuando se compartía un bicho así con cientos de personas dentro de él, pero como ven, sobreviví.
Me introduje cauteloso en este espacio, con la esperanza de dar paz a mi alma voladora, calor a mis miembros cuando el frío los entumeciera, dicha a mis certeras tristezas,muchas alegrías y a ser posible, dar lo mismo que recibiera…
Con creces encontré lo que buscaba. Unos cuantos seres fieles a los que llamar orgullosamente amigos, en los que dejar caer mis lágrimas, mis risas, mis arrebatos e incongruencias. Mis todos.
Soy paseante variable. Transito mansamente por otros lugares, cuando el tiempo me permite y hasta donde me deja extenderme. Nunca abarco todo el terreno que quiero pisar, todo los llanos que quiero recorrer, o las montañas que anhelo escalar, y sé, que en mi apremio, dejo nulas huellas en lugares hermosos que complacerían mi espíritu.
Pero es ingrato este dios…
Siento el deber de decir, que gran culpa tengo de ello, pues en mi escaso recorrido, soy como abeja golosa que desea libar en todas las flores hermosas que halla a su paso, y me entretengo dejando mi presencia escrita sin recato; a golpe de sentimiento. Sentimiento, que nace de lo que me ofrecen las letras de los que exponen sus flores a mi vista. Sería incapaz de no reparar en la belleza de sus escritos, de pasar ligero dejando tan sólo un suspiro obligado. Me resulta imposible hacerlo. De ahí que no vuele por todos los rincones; que la esponja de mi cuerpo no pueda absorber todo lo que desea…
¡Y lo siento tanto!
No sé por cuánto tiempo seguiré libando aquí y allá. De momento, siento que además de ser esponjoso, soy ancla y por aquí sigo aferrado y lo hago gustoso; por todo lo que pueda absorber...
O que me absorbas…
Buenas noches bichitos *
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