miércoles, 28 de julio de 2010
Para Mi Sobrina *
Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo.
Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribo casi cada noche y creo que tu nunca has leído por mi suerte.
Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando algo contigo, se entiende tomando una copa de un buen ron y se olvida tomando dos, o tres, eso si, Dentro de cinco años aún, por que aún eres muy jovén.
Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, esto va para ti Sobrina.
Empiezo por lo que sé con toda seguridad.
Sé que te vas a morir una vez.
Así que procura no morirte más veces por el camino.
No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo.
Para evitarlo, te regalo un método infalible.
Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien.
El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.
Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven.
Olvídate de la Historía esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser la única dueña de tus propias expectativas.
Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar.Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos amigos cada cinco años en la bajada te miren mal( que no es mi caso ).
Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.
Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente.
Ni flores, ni velas, ni luz de luna.
Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.
Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondida. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligada a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión.
Que desees y seas deseada, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.
Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.
Qué más. Ah sí. Sé que al menos una amiga o un amigo te va a traicionar, otro/a será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán de buenos conocidos.
Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.
Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante.
Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón.
Creo que esto es lo poco que se de la vida por ahora Ana, pero te prometo que te seguire contado cosas para que al menos camines más segura por esta maravillosa vida que nos toco vivir.
Besos y buenas noches sobrina, espero verte pronto *
martes, 27 de julio de 2010
El Drago *
Había una vez dentro de una casa,en el patio interior de ella, un Drago enorme y hermoso que generosamente vivía regalando a todos los que se acercaban el frescor de su sombra,tenía ya más de cincuenta años, el aroma de sus flores y el increíble canto de los pájaros que anidaban entre sus ramas.
El Drago era querido por todos en la casa, pero especialmente cuando en la casa habitaban aún los niños, que se trepaban por el tronco y se balanceaban entre las ramas con su complicidad complaciente.
Para los antiguos aborígenes, este árbol tenía propiedades mágicas.
En la Antigua Roma y en la Edad Media también era considerado un árbol mágico.
Su savia, que se transforma en roja en contacto con el aire ("sangre de drago"), se comercializaba debido a sus propiedades medicinales y a su uso en tintes y barnices. De su madera se hacían rodelas.
El Drago,no es un árbol, es una hierba gigantesca que desafía el tiempo, cuya sangre es roja como la de los hombres y que marca el lugar donde vienen las lluvias.
El Drago árbol-hierba mística y vigilante de las islas, del lugar en medio de los mares que se escapa al control mental, temporal y vacío del mundo de la tecnobarbarie y que se apresta a formar parte de barnices de Stradivarius, de sangres derramadas y de historias de principes y princesas guanches.
Si bien el Drago que vivia en el patio de la casa, amaba a la gente y habia una niña que era su preferida.
Ésta aparecía siempre al atardecer, cuando sus tres hermanos se iban.
- Hola amiguita- decía el Drago, y con gran esfuerzo bajaba sus ramas al suelo para ayudar a la niña a trepar, permitiéndole además cortar algunos de sus brotes verdes para hacerse una corona de hojas aunque el desgarro le doliera un poco y soltara su sangre roja.
La chica se balanceaba con ganas y le contaba al Drago las cosas que le pasaban en la casa.
Casi de un dia para otro,la niña se volvió adolescente y dejó de visitar al Drago.
Paso el tiempo y de repente una tarde el Drago la vio llegar a la casa de nuevo y la llamo con entusiasmo:
- Amiga… amiga… Ven, acercate… Cuánto hace que no vienes… Trepa y charlemos.
- No tengo tiempo para esas estupideces- dijo el muchacha.
- Pero… disfrutábamos tanto juntos cuando eras pequeña…
- Antes no sabía que se necesitaba dinero para vivir, ahora busco dinero.
¿Tienes dinero para darme?
El Drago se entristeció un poco, pero se repuso enseguida.
- No tengo dinero, pero tengo mis ramas llenas de semillas. Podrias subir y llevarte algunas, venderlas y obtener el dinero que quieres con los nuevos Dragitos...
- Buena idea- dijo la muchacha, y subió por la rama que el Drago le tendió para que trepara como cuando era chinija.
Luego arrancó todos las semillas del Drago, incluidos los que todavía no estaban para recojer.
Llenó con ellos unas bolsas y se fue al invernadero.
El Drago se sorprendió de que su amiga no le dijera ni gracias, pero dedujo que tendría urgencia por llegar antes de que cerraran los compradores.
Pasaron casi diez años hasta que el árbol vio otra vez a su amiga.
Era un adulta ahora.
- Qué grande estás- le dijo emocionado-; ven, sube como cuando eras chinija, cuentame de ti.
- No entiendes nada, como para trepar estoy yo… Lo que necesito es una casa.
¿Podrías acaso darme una?
El Drago pensó unos minutos.
- No, pero mis ramas son fuertes y elásticas.
Podrías hacer una casa muy resistente con ellas.
La joven salió con la cara iluminada.
Una hora más tarde llegó con una sierra y empezó a cortar ramas, tanto secas como verdes.
El Drago sintió el dolor, pero no se quejó.
No quería que su amiga se sintiera culpable.
Una por una, todas las ramas cayeron dejando el tronco pelado.
El Drago guardó silencio hasta que terminó la poda y después vio a la joven alejarse esperando inútilmente una mirada o gesto de gratitud que nunca sucedió.
Con el tronco desnudo, el Drago se fue secando.
Era demasiado viejo para hacer crecer nuevamente ramas y hojas que lo alimentaran.
Quizás por eso, cuando diez años después la vio venir, solamente dijo:
- Hola. ¿Qué necesitás esta vez?
- Quiero viajar. Pero ¿qué puedes tu hacer? No tienes ramas ni semillas para vender.
- Qué importa, hija –dijo el Drago-, puedes cortar mí tronco, total yo no lo uso. Con él podrás construir una canoa para recorrer el mundo.
- Buena idea- dijo la mujer.
Horas después volvió con un hacha y taló el Drago. Hizo su canoa y se fue.
Del viejo Drago quedo sólo el pequeño tronco a ras del suelo.
Dicen que el árbol aún espera el regreso de su amiga para que le cuente de su viaje.
Nunca se dio cuenta de que ya no volveria.
La niña ha crecido, pero tristemente se ha vuelto una mujer de esas que nunca vuelven a donde no hay nada para tomar.
El Drago espera, vacío, aunque sabe que no tiene nada más para dar.
Hoy llego un nuevo Drago a mi casa, y les aseguro que le va a pasar todo lo contrario que que al Otro Drago.
Lo cuidaré como unos de los mejores regalos que he tenido en mi vida.
Se pongan como se pongan los pequeños seres humanos, podemos hacer muchísimo y les recuerdo que la hierba crece de noche y quizas esta noche esta creciendo un Nuevo Drago en mi vida, quien sabe.
Buenas noches bichitos que descansen *
lunes, 26 de julio de 2010
El Tranvía del Paraíso *
Él trabajó durante toda su vida en una Ferretería en el Barrio del Toscal.
A las siete y media de la mañana llegaba a la parada del tranvía y tomaba el primero, que no tardaba más de diez minutos en pasar.
Ella trabajó también durante toda su vida en una tienda de medias. Solía coger el tranvía tres paradas después de la de él y se bajaba una antes. Debían salir a horas diferentes, pues por las tardes nunca coincidían.
Jamás se hablaron. Si había asientos libres, se sentaban de manera que cada uno pudiera ver al otro. Cuando el tranvía iba lleno, se ponían en la parte de atrás, contemplando la calle y sintiendo cada uno de ellos la cercana presencia del otro.
Cogían las vacaciones el mismo mes, agosto, de manera que los primeros días de septiembre se miraban con más intensidad que el resto del año. Él solía regresar más moreno que ella, que tenía la piel muy blanca y seguramente algo delicada. Ninguno de ellos llegó a saber jamás cómo era la vida del otro: si estaba casado, si tenía hijos, si era feliz.
A lo largo de todos aquellos años se fueron lanzando mensajes no verbales sobre los que se podía especular ampliamente. Ella, por ejemplo, cogió la costumbre de llevar en el bolso una novela que a veces leía o fingía leer.
A él le pareció eso un síntoma de sensibilidad al que respondió comprándose todos los días el periódico. Lo llevaba abierto por las páginas de internacional, como para sugerir que era un hombre informado y preocupado por los problemas del mundo.
Si alguna vez, por la razón que fuera, ella faltaba a esa cita no acordada, él perdía el interés por todo y abandonaba el periódico en un asiento del tranvía sin haberlo leído.
Así, durante una temporada en que ella estuvo enferma, él adelgazó varios kilos y descuidó su aseo personal hasta que le llamaron la atención en la ferretería: alguien que trabajaba con el público tenía la obligación de afeitar-se a diario.
Cuando al fin regresó, los dos parecían unos resucitados: ella, porque había sido operada a vida o muerte de una perforación intestinal de la que no se había quejado para no faltar a la cita; él, porque había enfermado de amor y melancolía.
Pero, a los pocos días de volver a verse, ambos ganaron peso y comenzaron a asearse para el otro con el cuidado de antes.
Por aquellas fechas, él ascendió a encargado de la ferretería y se compró una agenda.
Entonces, se sentaba tan cerca como podía de ella, la abría, y con un bolígrafo hacía complicadas anotaciones que sugerían muchos compromisos. Además, comenzó a llevar corbata, lo que obligó a ella, que siempre había ido muy arreglada, a cuidar más los complementos de sus vestidos.
En aquella época ya no eran jóvenes, pero ella comenzó a ponerse unas argollas canarias algo llamativos que a él le volvían loco de deseo.
La pasión, en lugar de disminuir con los años, crecía alimentada por el silencio y la falta de datos que cada uno tenía sobre el otro.
Pasaron otoños, primaveras, inviernos. A veces llovía y el viento aplastaba las gotas de lluvia contra los cristales del tranvía, difuminando el paisaje urbano.
Entonces, él imaginaba que el tranvía era la casa de los dos. Había hecho unas divisiones imaginarias para colocar la cocina, el dormitorio de ellos, el cuarto de baño.
E imaginaba una vida feliz: ellos vivían en el tranvía, que no paraba de dar vueltas alrededor de la ciudad, y la lluvia o la niebla los protegía de las miradas de los de afuera. No había navidades, ni veranos, ni semanas santas. Todo el tiempo llovía y ellos viajaban solos, eternamente, sin hablarse, sin saber nada de si mismos. Abrazados.
Así fueron haciéndose mayores, envejeciendo sin dejar de mirarse. Y cuanto más mayores eran, más se amaban; y cuanto más se amaban más dificultades tenían para acercarse el uno al otro.
Y un día a él le dijeron que tenía que jubilarse y no lo entendió, pero de todas formas le hicieron los papeles y le rogaron que no volviera por la ferretería.
Durante algún tiempo, siguió tomando el tranvía a la hora de siempre, hasta que llegó al punto de no poder justificar frente a su mujer esas raras salidas.
De todos modos, a los pocos meses también ella se jubiló y el tranvía dejó de ser su casa.
Ambos fueron languideciéndose por separado.
El murió a los tres años de jubilarse y ella murió unos meses después.
Casualmente fueron enterrados juntos en el cementerio de Igueste de San Andres,mirando al mar, donde seguramente cada uno siente la cercanía del otro y sueñan que el paraíso es un tranvía sin paradas.
Hasta mañana a las siete y media.
Buenas noches y feliz semana, última de Juilo del 2010 bichitos *
domingo, 25 de julio de 2010
Una Tarde de Domingo entre Neuronas *
Dicen que despues del quinto mes de nuestra vida,todas las neuronas están ya en
el lugar en que habrán de estar toda la vida. Y han hecho este fantástico viaje, desde el cerebro, el cerebro primordial eindiferenciado. Durante el tiempo de esta migración, se diferencian más y más... algunas de estas neuronas realizan
ciertas funciones concretas, y otras realizan funciones diferentes, algunas se ocupan de la vista, otras del movimiento, o lo que sea.
Si lo pensamos bien, es un milagro, como todo esto puede estar programado de manera tan sofisticada, es como imaginar que me encuentro en una ciudad de diez millones de personas, sin direcciones, sin conocer nada del lugar, y tengo que hallar, pongamos, un sillón, el único sillón que me va bien a mi personalmente. ¿Qué puedo hacer para encontrar este sillón?
En esta ciudad de la que escribo cuentan las neuronas, con expertos que pueden guiarlas. Y hay células que están ahí precisamente para guiar a la neurona en su trayecto hasta las capas superficiales. Y estas células son expertas. Desde la parte inferior, al cuarto mes de gestación empiezan a emigrar hacia las capas superiores guiadas por estas células guiadoras.
Es algo así como si de pronto toda la población de La Palma emigrara en bloque hacia Lanzarote y cada uno tuviera que saber exactamente en qué parte de Lanzarote va a aterrizar y qué funciones va a realizar. Y todo eso gracias a unos guías muy discretos y una vez cumplida su misión desaparecen.
Podemos decir por todo lo que he leído de ello, que si tengo tres años y no me han enseñado francés o alemán, mis conexiones que hubieran guardado la capacidad de acumular los conocimientos de francés o alemán desaparecerán, y más tarde será mucho más difícil aprenderlos.
Existen muchos científicos e intérpretes que aprendieron los idiomas al principio de la niñez,cuanto antes se aprende, mejor.
cuanto más viejo es el ser Humano, más se cierran las ventanas. No cabe la menor duda. A los sesenta no es posible aprender un idioma extranjero de forma tan fácil como a los 6 o 7, pero lo que es interesante es que todavía es posible.
¿Hay algún misterio tan grande, tan increíble como este, en el mundo?
Pero por otro lado,en la vida nos condenan muchas veces al mal de Diógenes. A lo largo de los años nos han obligado a acumular conocimientos, recuerdos y objetos que no nos han servido absolutamente para nada.
Ni hemos encontrado emoción, ni nos han compensado los esfuerzos de concentración o aprendizaje.
Es normal que habiendo gastado tantas neuronas innecesariamente acabemos luego desorientados y sin saber por dónde diablos se encuentra la puerta de salida.
No sé si el cerebro será o no será rencoroso, pero que pasa factura y cobra lo que le haces es algo que creo que nadie puede negar.
De lo que lo vayamos alimentando dependen nuestros equilibrios y lo mucho o poco que sepamos sobrellevar eso que los tremendistas denominan los embates de la vida.
Pero vamos a hablar claro de una vez.
A quién le pedimos cuentas por las neuronas desperdiciadas en adquirir conocimientos que luego no nos han servido para nada. Las raíces cuadradas, por ejemplo.
Quitando a los matemáticos y a los ingenieros, alguien me puede decir para qué le ha servido una raíz cuadrada en su vida cotidiana.
Si al menos sirviera para soportar un desamor o para estirar la nómina y llegar a fin de mes, a lo mejor perdonábamos a los que se empeñaron durante semanas en martirizarnos con aquellos bailes de números que ahora resuelve en un plis plas la calculadora de cualquier teléfono móvil.
Unos dirán que lo hacían para desarrollar nuestro intelecto, pero qué intelecto.
Ese es el problema: en lugar de llevarnos a jugar un partido de fútbol en cualquier playa de Nuestras Islas y que esta tarde echo mucho de menos, nos torturaban con fórmulas matemáticas; y ahora, al paso de los años, los cerebritos que están al frente de todos los cotarros como algún periodico o empresa, no saben ponerle imaginación o espiritualidad a la vida.
Y tampoco se atreven a contarnos que no les valen para nada las fórmulas, entre otras cosas porque ellos saben que cuando entra en juego el azar se acaba el formulismo y empieza la aventura, con toda la bendita anarquía que eso conlleva y al final tendran que que quedarse por mucho que quieran con su vida.
Pero sigamos poniendo las cartas boca arriba. Cuántos de ustedes recuerdan cómo se resolvía una raíz cuadrada ?
No, no vale volver al cuaderno escolar, ni meterte en Internet, ni tampoco preguntarle rápido al chiquillo que está en la habitación peleándose con las mismas fórmulas que también nos robaban a nosotros tantos y tantos días de la bendita infancia.
Reconoce que no te acuerdas, y que además no te han servido para nada en todos estos años.
Ni la raíz cuadrada ni la trigonometría. La vida es otra cosa que no tiene nada que ver con las matemáticas.
Pero cuando lo empiezas a ver claro ya no te quedan neuronas para resolver el entuerto.
Cuida de tus Neuronas intenta utilizarlas para ser siempre, muy feliz.
Que pases una buena tarde de Domingo, hasta más ver bicho *
viernes, 23 de julio de 2010
Desde el otro lado *
El calor es sofocante, pero no le molestaba. Descalza y desnuda pregunta.
¿Cómo es la vida del otro lado de los sueños?
- preguntó ella casi en un susurro cerca de su oído.
El tranvia en que viajaban corría sobre la superficie de un océano resplandecido por las estrellas que iluminaban el cielo. El se quedó mirando el reflejo de su rostro que se confundía con los destellos del mar tratando de encontrar una respuesta.
Esa noche, como todas las noches, se había dormido con la ansiada esperanza de volver a encontrarla en sus sueños y aunque el esfuerzo por no dejarse arrastrar por paisajes de la infancia y otros recuerdos era considerable, finalmente se alivió cuando escuchó el ruido acostumbrado de las ruedas metálicas sobre las vías.
Viajaban en un tranvía completamente iluminado, como el que veía muchas veces en su camino de regreso a casa. Y ella estaba sentada a su lado, sonriente y radiante como la recordaba en otros sueños.
-¿Cómo soy yo del otro lado de los sueños?
volvió a preguntar ella sin esperar respuesta a la primera pregunta.
- Eres distinta- respondió él. -Ya no habitas los mundos mágicos que alguna vez creamos y siento que cada día que pasa te vas alejando mas y mas en una distancia que se hace infinita.
Es por eso que sigo buscándote en cada sueño porque se que aunque todo esto es pasajero, es hermoso vivirlo mientras dura porque no hay distancias de años ni de montañas entre tu reflejo y el mio.
Ella se acercó a la ventanilla y dejó que su aliento tibio empañara un pedazo del cristal. Entonces con un dedo dibujó en él un barco.
-¿Te acuerdas? - preguntó sonriente.
Su mente se extravió por calles y la rambla que atraviesa la ciudad, llenándose de poesía al tiempo que también sonreía moviendo afirmativamente la cabeza.
El andén estaba desierto cuando descendieron del tranvía y la luz del Faro que habían construido en muchos otros sueños apenas se divisaba en medio de la niebla.
Un sonido monótono y persistente se escuchó de pronto
-No quiero despertar...suplicó él mientras caminaban presurosos hasta el Faro.
Pero ella se detuvo para sentarse en una roca de un costado del camino. Miró sus manos y tocó su rostro.
-Creo que ya estás despertando.
Le dijo sin dejar de sonreír
- mira como empiezo a desvanecerme al igual que los caminos y todo lo que aquí hay.
El trató de retener ese lugar, tomarla de la mano y evitar que se confundiera con la niebla, pero finalmente el sonido del reloj terminó por borrar todos los caminos y apagar la luz del Faro, como ocurría inevitablemente todas las mañanas.
El día tendría que pasar con su rutina cotidiana, rápido, muy rápido hasta que nuevamente un tranvía iluminado irrumpiera en sus sueños...como todas las noches.
Ningún sueño viene después del sueño. Ningún sueño en sí, es un sueño completo.
Buenas noches Bichitos y Que Morfeo les regale el mejor de sus Sueños *
jueves, 22 de julio de 2010
Cuando las Mariposas bailan *
Paseando en tu jardín,mil mariposas,comenzaron a decir,cosas hermosas,la mas bella de las mil,Besó una rosa,y despues se fue hacia ti Maravillosa,Dime si tu hoy,Quieres bailar con el son,de El vals de las mariposas,Conmigo...
La misma canción sigue sonando una y otra vez en el Tocadisco, que ella no acepta cambiar por ningún otro aparato moderno; dice que el sonido del Tocadisco, a sus sesenta años, le hace sentir joven.
Marina está relajándose en el sofá, escuchando su pista favorita, “El vals de las mariposas”, con la cual siente una armonía mágica. Es en ese instante cuando entran dos niños: Javi, el chico, que tiene diez años, y su hermanita claudia, de ocho.
Claudia se sienta junto a su abuela Marina y le pregunta:
- ¿No le aburre esta música?
Marina sonríe y responde:
- No, querida. Me gusta tanto, que nunca me aburro de ella.
Javi se acerca a Marina y la besa, diciendo:
- A mí también me gusta mucho esta Canción.
Marina le da un beso y un abrazo, y dice:
- Te quiero tanto, Javi.
Marina deja a sus nietos, se dirige a la cama y se sumerge en sus recuerdos. Y, de repente, les dice a los niños:
- Venid..., venid, queridos, les quiero contar una historia.
Los niños se alegran mucho y van a sentarse junto a su abuela. Después de un rato de silencio, Marina respira y empieza a contar:
Érase una vez una niñita que se llamaba Marina. Era más o menos de la misma edad que tú, Claudia. Marina era de una familia de clase baja; sus padres trabajaban al servicio de una familia noble. Ésta última tenía un niño que se llamaba Juan Manuel y tenía catorce años.
Los dos niños vivieron juntos, jugaron juntos...; simplemente, crecieron juntos.
Marina se acostumbró a estar con Juan Manuel en su tiempo libre y a veces asistía con él a las clases de Ingles, música, pintura, literatura y ética.
A Marina le entusiasmaba bailar. Juan Manuel, que, como era noble, seguía clases de baile, ayudaba a Marina, enseñándole cómo bailan las princesas.
Un día, Juan Manuel le regaló a Marina una Canción que se llamaba “El vals de las mariposas”. Y, desde ese día, los dos comenzaron a bailar a ese ritmo tan hermoso como si fueran la Cenicienta y su Príncipe Azul.
Cuando los dos se hicieron mayores, su amistad se convirtió en un amor serio, pero la familia de Juan Manuel lo consideró un amor imposible e ignoró esta relación.
Juan Manuel, en ese momento, era un caballero de veinte años, y siguió amando a Marina, su preciosa mariposa. Pero tuvo que separarse de ella para ingresar en la Universidad Real. La lejanía les resultaba insoportable a ambos, pero sus almas estaban unidas..., a pesar de la distancia.
Pasaba el tiempo y, cuatro años después,Juan Manuel terminó su carrera y volvió junto a Marina, su alma gemela. Pero la vida sentenció la separación de ambos. La familia de Juan Manuel le obligó a que dejara a Marina y a casarse con otra mujer de familia noble: la princesa Maria. Esta princesa, a pesar de ser una perfecta esposa, no le gustaba a Juan Manuel .
Una noche,Juan Manuel y Marina estaban juntos. Él le pidió que huyeran lejos de su familia y de todos los que se oponían a su matrimonio. Pero Marina le dijo que no podía huir de todo el mundo y le rogó que siguiera con la princesa.
Al principio,Juan Manuel no entendió nada. Pensaba que Marina ya no le quería, pero ella le explicó que no podía hacerle perder todo por culpa de su amor, y le juró que nunca sería de otro. Juan Manuel aceptó seguir con la princesa.
Marina, con el corazón dolorido, dejó las islas. Trabajaba como bailarina, ya que el baile era su único remedio, era la única cosa que le ayudaba a olvidar su gran amor. Ganó mucho dinero y viajó por todo el mundo, pero nunca pudo olvidar a Juan Manuel.
Después de cuatro años, unos amigos de Marina la invitaron a una gran fiesta cuando estuvo de visita por la isla. Marina era una linda mujer, bellísima, alta; tenía el cuerpo bien proporcionado, ojos marrones y pelo largo, ondulado y negro.
Era la mujer más bella en la fiesta, gracias en parte a su vestido rojo, que era corto y dejaba adivinar su belleza, y a sus zapatos de tacón de color rojo oscuro, que reflejaban su feminidad y su dulzura. En resumidas palabras: Marina era la sensación de la fiesta.
Cuando estaba hablando con sus amigas,Marina se paró y se quedó en blanco enfrente de un hombre. Después de un rato, él le preguntó:
- ¿Eres tú, mi preciosa mariposa?
Ella le respondió:
- ¿Eres tú, mi cielo?
- ¡No me digas que nos hemos encontrado por casualidad!
- ¡No me lo puedo creer! ¡Te echo mucho de menos...!
- Te quiero.
Se abrazaron y empezaron a bailar, olvidados de todo el mundo. Pasaron toda la noche juntos; se acordaron de sus momentos de amor. Después de la fiesta, salieron juntos. Juan Manuel le contó a Marina que su esposa había muerto mientras estaba embarazada.
También le contó que su vida sin ella era un lío y que sin su amor el mundo no tenía sentido...
Los dos decidieron casarse, olvidándose de todo el mundo y de las reglas establecidas. Vivieron muy felices juntos.
Juan Manuel trató a Marina como si fuese la princesa de un cuento infinito y le hizo olvidar todo el dolor que lejos de él había sentido.
Trajeron al mundo a un bebé precioso. Se llamaba María y tenía la belleza de su madre. Y, un año después, tuvieron otros dos hijos, chicos esta vez: se llamaban Juan y Julio.
La familia vivía como si estuviera dentro de un dulce sueño. Pasaron los días, y Marina y Juan Manuel veían crecer a sus hijos, que iban todos los días a la escuela. Los fines de semana iban todos juntos a algún lugar maravilloso.
Y la familia de Juan Manuel poco a poco empezó a aceptar su nuevo matrimonio.
Después de largo tiempo, comenzaron a considerar a Marina como un miembro más de la familia, así que no había preocupaciones en la vida de los dos enamorados, que cada día se querían mucho más.
En ese momento, Marina deja su relato y suspira dolorosamente, diciéndose a sí misma:
“Pero..., finalmente, la vida no sale siempre como deseamos... Siempre nos golpea en algún momento no deseado...”.
Y empieza a llorar...
Los niños la ven, y Claudia le pregunta:
- ¿Está bien, abuelita?
- Sí, querida; estoy bien.
Javi le dice:
- Si quiere, podemos continuar después.
- No, estoy bien; voy a continuar.
Y continúa...
Marina y Juan Manuel pensaron que su felicidad sería eterna, y no se dieron cuenta de que la vida no les daría todo sin exigir nada a cambio.
Un fin de semana, mientras Juan Manuel estaba jugando con sus hijos en el mar, se sintió mal.
No se lo dijo a Marina, pero ella se dio cuenta que algo le estaba pasando. A lo largo de una semana, Juan Manuel intentó engañar a Marina..., en vano porque ella sentía cada pulso de su corazón.
Marina le obligó a ir a ver a un médico; al principio él no aceptó, pero al final fue.
Y, como en un drama cualquiera, por aquello de que la vida es siempre justa y “da la felicidad y el dolor consecutivamente”, el médico dijo que Juan Manuel padecía una enfermedad grave, probablemente cancér.
Pasaron los días y Marina intentaba mitigar el dolor de su alma gemela; sentía el dolor como si fuera el suyo propio. En verdad, no era Juan Manuel sólo quien sufría, sino que Marina también padecía, incluso más que él.
La enfermedad hizo que el amor de los dos aumentase cada vez más.
Marina para de contar otra vez, entre lágrimas...
Claudia, con curiosidad, le pregunta:
- Dime, abuelita, ¿qué le pasó?
Marina sonríe, con lágrimas en las mejillas, y dice:
- Nada de gravedad... Murió de vejez,el amor pudo más que ese cancer..., pero siempre vive en mi corazón. Se fue..., pero siempre está aquí, junto a mí como la canción del vals de las Mariposas.
Dime si tu hoy,Quieres bailar con el son,de El vals de las mariposas,Conmigo...
Buenas noches Bichitos *
miércoles, 21 de julio de 2010
Las relaciones Humanas *
A mi modo de ver, todo ese embrollo en las tan mencionadas relaciones humanas, tienen una raíz común...el egoísmo.
Tan fácil que resulta decir contra el egoísmo de los demás, y tan difícil que nos resulta enfrentarlo en nosotros mismos.
¿Por què?...Porque el espejo en que nos contemplamos a diario vive distorsionando nuestra propia imàgen... hermoseàndola...agigantàndola... embellecièndola...en fin lo mejor de lo mejor.
Tambièn porque el "librito" de nuestros exàmenes de conciencia y famosas "autocrìticas", es esplèndidamente comprensivo y benèvolo y ancho de manga.
Y ademàs, que es lo peor, siempre nos creemos tratados injustamente y que ha llegado el momento de dejarnos oir, de salir airosos...como se ve un callejòn sin salida, un laberinto de infortunios en las relaciones de los hombres unos con otros.
"Hoy dìa es menester acentuar la enseñanza de los buenos modales y las buenas costumbres...el hogar, sobre todo, debe convertirse en un santuario de la buena educaciòn y el respeto, para que aprendamos a vivir con el corazòn en las manos.
Difìcil ¿no?...Pero, jamàs imposible!....
La especie humana haya supeditado las emociones a la razón, cuando éstas, controladas, son mucho más importantes y ha menudo me he preguntado por qué los seres humanos solemos encerramos en una soledad hermética que tanto dificulta el contacto con los demás.
Es una soledad compacta, trenzada con mimbres diversos que se entrelazan hasta formar una coraza resistente que nos aísla del mundo exterior.
Los mimbres engordan con el paso de los años pero desde muy pronto ya están allí, supuestamente para protegernos de los demás.
Desde que nacemos nos convencen de que somos muy diferentes de quienes nos rodean, como desde la infancia nos enseñan a desconfiar de nuestros sentimientos porque son supuestamente irracionales y por tanto potencialmente peligrosos; empieza la represión del sentir y la imposición del ego individual que nos otorga una determinada imagen, una protección,frente a los demás.
Desde allí aprendemos a relacionarnos con el mundo con una mezcla de pudor,no mostramos nuestros verdaderos sentimientos por si molestan a los demás,y de desconfianza,cuanto menos mostremos de nosotros mismo, menos vulnerables seremos.
Si la imagen tras la cual nos escondemos se parece poco a nuestro verdadero ser, la distancia que sentiremos de cara a los demás será muy grande.
Entre ellos y nosotros mediará un abismo, aún cuando estemos a pocos metros de distancia.
Cuando somos Chinijos, los adultos no parecen respetarnos demasiado: se nos dice implícitamente que tenemos que formarnos de acuerdo a sus indicaciones, porque somos imperfectos e ignorantes.
Nuestro ego ( la imagen de nosotros mismos que ofrecemos a los demás ) se afianza así paulatinamente a imagen y semejanza de ellos, de aquellos adultos que nos rodean en casa, en la escuela y en la sociedad, o en la plaza de la Alameda de Santa Cruz de la Palma.
Cada vez nos parecemos menos a nosotros mismos y nos confundimos más con la ropa con la que nos están vistiendo.
Poco a poco desaparece el niño verdadero y emerge el adulto con coraza.
Algún día llegamos a olvidar ,casi, quienes éramos de verdad.
Los demás tampoco podrán saberlo.
Convencidos de que no pueden confiar en sus sentimientos y de que su mente es todavía débil, los niños entregan su autoridad a los adultos que les rodean: padres, maestros, familiares, vecinos...
Probablemente no dejarán ya de hacerlo jamás,siempre temerán que sus decisiones conscientes, y por supuesto su forma de sentir la vida, sus emociones, no sean las adecuadas.
Les habremos convencido de ello desde la cuna.
Cuando somos adultos, nos amoldamos a una sociedad jerarquizada en la que dependemos de la opinión de los demás para poder sentirnos cómodos con nuestras decisiones y nuestros sentimientos.
Necesitamos la aprobación de los demás para sentirnos adecuados.
Si seguimos las normas, recibiremos esta aprobación.
Cualquiera que se salga del engranaje emocional y social se sentirá abandonado a su suerte, sin necesitar siquiera la desaprobación explícita de los demás.
Simplemente, sentirá que ya no pertenece al grupo y asociará este sentimiento con la desaprobación, es decir, con la exclusión del grupo.
Y esto es muy difícil de sobrellevar, porque el desprecio de los demás, por razones evolutivas, suscita el miedo inconsciente a la muerte.
Así, los demás se convierten poco a poco en fuente de seguridad para nosotros, porque dependemos de su aprobación para todo.
No nos relacionamos como iguales, sino como dependientes.
No hemos aprendido a relacionarnos de forma sutil, a través de los sentimientos, las afinidades, las necesidades afectivas espontáneas.
Reconocemos al otro según los símbolos materiales que exhibe, las ideas que expresa, los periódicos que lee o el tipo de coche que conduce.
Según el grupo al que queremos pertenecer, debemos asimilar determinados símbolos de pertenencia.
Poco a poco, reemplazamos los vínculos genuinos entre seres humanos, la simpatía o el amor que brotan de forma espontánea, por esos intercambios estructurados que nos ofrecen la seguridad de pertenencia a un grupo humano, a cambio de la aceptación de determinadas normas.
Cuando el teatro de las relaciones humanas se nos queda demasiado estrecho, nos ahogamos en nuestra soledad.
Entonces quisiéramos romper las barreras que nos separan de los demás, pero nuestro entrenamiento de años nos lo pone muy difícil: el miedo al ridículo, al rechazo o a la incomprensión nos acota en nuestra soledad.
Hemos aprendido a hablar para confundirnos, pero no para comunicarnos.
De nuestros afectos disimulamos más de lo que mostramos, a veces por pudor, otras para no sentirnos vulnerables.
A los demás les pasa lo mismo.
Nos pasamos la vida esperando que el otro de el primer paso, pero probablemente tampoco sea capaz de darlo, porque pocas personas mantienen la capacidad de expresarse genuinamente.
En la edad adulta, resulta muy difícil escapar de la expresión convencional y limitada de los sentimientos de amor y afecto.
Nos censuramos automáticamente, a diario, casi sin darnos cuenta, y pagamos un alto precio a lo largo de una vida en soledad.
Queda el refugio del amor romántico.
Allí aún sigue siendo aceptable regirse por motivos irracionales que escapan a la camisa de fuerza de lo aceptable.
En la maraña de relaciones sociales estructuradas que nos rodean, el amor apasionado, supuestamente irracional, nos permite escapar de la prisión de nuestras mentes y tender un puente entre dos personas, sin palabras.
Es un milagro frágil y efímero. Cuando ocurre, la mirada y el roce de la piel resultan mucho más elocuentes que las formas admitidas de relacionarnos socialmente.
"Lo único que une a adultos y jóvenes es el desconocimiento de la gestión de las emociones"
Tanto las emociones positivas como las negativas "sólo duran un rato".
Me voy con mis emociones a descansar, y a ver que rato de verdad me duran, buenas noches y hasta dentro de muy poco de nuevo...
Uff que Calor *
¿Por què?...Porque el espejo en que nos contemplamos a diario vive distorsionando nuestra propia imàgen... hermoseàndola...agigantàndola... embellecièndola...en fin lo mejor de lo mejor.
Tambièn porque el "librito" de nuestros exàmenes de conciencia y famosas "autocrìticas", es esplèndidamente comprensivo y benèvolo y ancho de manga.
Y ademàs, que es lo peor, siempre nos creemos tratados injustamente y que ha llegado el momento de dejarnos oir, de salir airosos...como se ve un callejòn sin salida, un laberinto de infortunios en las relaciones de los hombres unos con otros.
"Hoy dìa es menester acentuar la enseñanza de los buenos modales y las buenas costumbres...el hogar, sobre todo, debe convertirse en un santuario de la buena educaciòn y el respeto, para que aprendamos a vivir con el corazòn en las manos.
Difìcil ¿no?...Pero, jamàs imposible!....
La especie humana haya supeditado las emociones a la razón, cuando éstas, controladas, son mucho más importantes y ha menudo me he preguntado por qué los seres humanos solemos encerramos en una soledad hermética que tanto dificulta el contacto con los demás.
Es una soledad compacta, trenzada con mimbres diversos que se entrelazan hasta formar una coraza resistente que nos aísla del mundo exterior.
Los mimbres engordan con el paso de los años pero desde muy pronto ya están allí, supuestamente para protegernos de los demás.
Desde que nacemos nos convencen de que somos muy diferentes de quienes nos rodean, como desde la infancia nos enseñan a desconfiar de nuestros sentimientos porque son supuestamente irracionales y por tanto potencialmente peligrosos; empieza la represión del sentir y la imposición del ego individual que nos otorga una determinada imagen, una protección,frente a los demás.
Desde allí aprendemos a relacionarnos con el mundo con una mezcla de pudor,no mostramos nuestros verdaderos sentimientos por si molestan a los demás,y de desconfianza,cuanto menos mostremos de nosotros mismo, menos vulnerables seremos.
Si la imagen tras la cual nos escondemos se parece poco a nuestro verdadero ser, la distancia que sentiremos de cara a los demás será muy grande.
Entre ellos y nosotros mediará un abismo, aún cuando estemos a pocos metros de distancia.
Cuando somos Chinijos, los adultos no parecen respetarnos demasiado: se nos dice implícitamente que tenemos que formarnos de acuerdo a sus indicaciones, porque somos imperfectos e ignorantes.
Nuestro ego ( la imagen de nosotros mismos que ofrecemos a los demás ) se afianza así paulatinamente a imagen y semejanza de ellos, de aquellos adultos que nos rodean en casa, en la escuela y en la sociedad, o en la plaza de la Alameda de Santa Cruz de la Palma.
Cada vez nos parecemos menos a nosotros mismos y nos confundimos más con la ropa con la que nos están vistiendo.
Poco a poco desaparece el niño verdadero y emerge el adulto con coraza.
Algún día llegamos a olvidar ,casi, quienes éramos de verdad.
Los demás tampoco podrán saberlo.
Convencidos de que no pueden confiar en sus sentimientos y de que su mente es todavía débil, los niños entregan su autoridad a los adultos que les rodean: padres, maestros, familiares, vecinos...
Probablemente no dejarán ya de hacerlo jamás,siempre temerán que sus decisiones conscientes, y por supuesto su forma de sentir la vida, sus emociones, no sean las adecuadas.
Les habremos convencido de ello desde la cuna.
Cuando somos adultos, nos amoldamos a una sociedad jerarquizada en la que dependemos de la opinión de los demás para poder sentirnos cómodos con nuestras decisiones y nuestros sentimientos.
Necesitamos la aprobación de los demás para sentirnos adecuados.
Si seguimos las normas, recibiremos esta aprobación.
Cualquiera que se salga del engranaje emocional y social se sentirá abandonado a su suerte, sin necesitar siquiera la desaprobación explícita de los demás.
Simplemente, sentirá que ya no pertenece al grupo y asociará este sentimiento con la desaprobación, es decir, con la exclusión del grupo.
Y esto es muy difícil de sobrellevar, porque el desprecio de los demás, por razones evolutivas, suscita el miedo inconsciente a la muerte.
Así, los demás se convierten poco a poco en fuente de seguridad para nosotros, porque dependemos de su aprobación para todo.
No nos relacionamos como iguales, sino como dependientes.
No hemos aprendido a relacionarnos de forma sutil, a través de los sentimientos, las afinidades, las necesidades afectivas espontáneas.
Reconocemos al otro según los símbolos materiales que exhibe, las ideas que expresa, los periódicos que lee o el tipo de coche que conduce.
Según el grupo al que queremos pertenecer, debemos asimilar determinados símbolos de pertenencia.
Poco a poco, reemplazamos los vínculos genuinos entre seres humanos, la simpatía o el amor que brotan de forma espontánea, por esos intercambios estructurados que nos ofrecen la seguridad de pertenencia a un grupo humano, a cambio de la aceptación de determinadas normas.
Cuando el teatro de las relaciones humanas se nos queda demasiado estrecho, nos ahogamos en nuestra soledad.
Entonces quisiéramos romper las barreras que nos separan de los demás, pero nuestro entrenamiento de años nos lo pone muy difícil: el miedo al ridículo, al rechazo o a la incomprensión nos acota en nuestra soledad.
Hemos aprendido a hablar para confundirnos, pero no para comunicarnos.
De nuestros afectos disimulamos más de lo que mostramos, a veces por pudor, otras para no sentirnos vulnerables.
A los demás les pasa lo mismo.
Nos pasamos la vida esperando que el otro de el primer paso, pero probablemente tampoco sea capaz de darlo, porque pocas personas mantienen la capacidad de expresarse genuinamente.
En la edad adulta, resulta muy difícil escapar de la expresión convencional y limitada de los sentimientos de amor y afecto.
Nos censuramos automáticamente, a diario, casi sin darnos cuenta, y pagamos un alto precio a lo largo de una vida en soledad.
Queda el refugio del amor romántico.
Allí aún sigue siendo aceptable regirse por motivos irracionales que escapan a la camisa de fuerza de lo aceptable.
En la maraña de relaciones sociales estructuradas que nos rodean, el amor apasionado, supuestamente irracional, nos permite escapar de la prisión de nuestras mentes y tender un puente entre dos personas, sin palabras.
Es un milagro frágil y efímero. Cuando ocurre, la mirada y el roce de la piel resultan mucho más elocuentes que las formas admitidas de relacionarnos socialmente.
"Lo único que une a adultos y jóvenes es el desconocimiento de la gestión de las emociones"
Tanto las emociones positivas como las negativas "sólo duran un rato".
Me voy con mis emociones a descansar, y a ver que rato de verdad me duran, buenas noches y hasta dentro de muy poco de nuevo...
Uff que Calor *
martes, 20 de julio de 2010
Esto del Facebook *
Hace ya varios años que me inscribí en facebook,fue por culpa de una buena amiga que en agosto se casa con un mejor amigo.
Quien no está en facebook no está en nada, dicen algunos. Para otros el facebook es una herramienta de dominación del imperio, una red de espionaje, etc., etc., etc.
Nadia nos lo metio por los ojos recien llegada de un viaje por Venezuela era el boom por esos mundos, y nos metimos en esto en ingles, aún en español no estaba, y la verdad que sin entender mucho, y francamente durante unos años no le hice ni caso.
Quizás porque no entendía bien el significado de las redes sociales, o quizás porque pensaba que todo lo que me interesaba estaba a mi alredor y no más allá.
Que estrechito de miras puedo llegar a ser....El caso es que hace un tiempo ya, me metí a fondo , y ya, como muchos de ustedes no puedo salir de esto y me tiene algo atrapado.
Con el tiempo me he dado cuenta que tiene sus cosas, como todo en esta vida, muchas buenas, para mi la balanza pesa a su favor con creces y esto me ha convertido en un defensor de la causa.
El facebook en un principio lo abrí por los que le conte, y el blog por que me gusta escribir como bien saben y en algun lado tenia que poner las cosas , antes lo hacía en el space del mesegger, y en ese lugar tengo como para cinco años de historias por alli perdidas en el espacio cibernetico, pero lo ve poca gente, solos los intimos que estan por mi messeger.
Y al igual que este último tiene una gran parte de mi.... De hecho creo que puedo decir que lo divido en 3 grandes segmentos (Desparrame de palabras, recuperación y desvarío terapéutico) y luego esta la parte que no soporto del mismo, porque no nos engañemos, por muy enganchados que estemos, a veces tiene los suyo... y aunque esta ultima no sea políticamente correcto que lo escriba, creo que es lo justo...
Sea como sea, para los que les gusta tanto como para los que no, el facebook ha abierto las puertas, grandes alamedas virtuales, por donde transitan libremente las visiones de vida de todos sus miembros, reflejadas en el muro, en los videos, en las fotos, en los grupos a los que se adhieren, en las páginas a las que se hacen fans, o en los enlaces a los que nos remiten para brindarnos más información.
Para los que estamos en esta plataforma es simplemente sorprendente lo que se puede lograr, creamos nuestras redes a partir de los intereses de cada uno, conocemos nuevos amigos, y nos permitimos crear un escenario o un mundo en el que interactuamos para conseguir algo, ya sea información, entretenimiento o conocimiento; un escenario dispuesto para participar casi segundo a segundo en la construcción de ese mundo personal.
Interactuar, participar e intervenir, son verbos que caracterizan esa original plataforma virtual. Hacia ella vamos cayendo, literalmente, en sus redes, disponiendo del valioso tesoro del tiempo. Y es que cuando estamos ahí frente a la pantalla el tiempo desaparece ¿no?
Disponemos de muchos minutos para subir fotos, ver las de los demás, escribir en el muro, ver videos, chatear, y otras tantas cosas. ¿Quién ve el reloj cuando está en facebook como cuando está en el trabajo ? Las horas se hacen eternas, en las redes sociales el tiempo simplemente parece no existir y aquí es cuando llega el Desparrame ,Recuperacióny el Desvarió Terapéutico..
1: DESPARRAMARME: Aquí el facebook me ha dado mucho, gente que se agrega todos los días porque conoce lo que escribo por que alguien se lo cuenta. Eso por una parte me hace feliz , por que parece que lo que cuento para mi y lo largo por aquí, algunas personas se sienten dentro de ellas y las comparte como si fueran suyas.
2: RECUPERACION: La vida da muchas vueltas, te cambias de trabajo, de ciudad, tienes novias, tienes sobrinos, te separas de esas relaciones..... y muchos de los que conoces y por el ritmo de vida que llevamos, aunque no en el olvido, se van quedando en esas etapas, y un día descubres que el facebook existe, y que las redes sociales bien usadas hacen que recuperes estos contactos, o estés mas cerca de los que tienes más lejos.... y eso es fantástico....
No voy a poner ejemplos, porque son muy personales y además ellos lo saben, pero hoy vuelvo a tratar con gente de la que no sabía ni en 5 ni en 10 años, gente a la que tengo tanto cariño ahora como antes, y eso se lo debo a face. Y por que no.... cotillearnos entre todos las fotos... que si... no lo neguéis... todos lo hacemos, nos llevamos más de un encuentro y alegría, y también más de un desengaño y dolor en nuestros corazones, Por eso terminamos eliminado los que nos hace daño...
3: DESVARIÓ TERAPÉUTICO: Este lo tenemos todos, es como un desahogo, pero para mi, altamente importante.
Creo que no hay ningún otro sitio donde pueda plasmar todas las sandeces que se me ocurren al cabo del día y que son muchas..... Que me como un kilo de pipas... lo digo....Que mi día se ha estresado porque un mosquito no me ha dejado dormir o he peleado con el espejo antes del desayuno... lo pongo.
Que me paseo por el muro y veo grupos como que "Que yo tambien he cruzado el desierto solo más de una vez y he estado en tres guerras y dos safaris", me agrego, me divierto y además comento...., y si ya me vienen con algun debate con la selección de los Españoles o que tengo la mente corta por no pensar en más allá de lo que piensan ello/as .... ahí es cuando la sarta de sandeces mías crecen..... No sé si es necesario en mi vida, pero bien pensado, es probable que me esté ahorrando una pasta en terapeuta....
Y si, lo voy a decir, es lo justo.... LO QUE NO SOPORTO DEL FACEBOOK, y ojo, si no lo soporto, no es más que por que me parece absurdo.... No soporto los regalos de ositos llenos de estrellitas, pero claro teniendo en cuenta que aquí uno no soporta ni los emoticonos, tienes su lógica.
No soporto que cada día me lleguen 20 sugerencias al día de cosas y que cuando las rechazo porque no me gustan o no me agregaría nunca, me vuelvan a invitar. Siempre he sido lo que se dice "muy burro palmero" y cuando digo no, es no....
No soporto que la gente confunda, y creo que aquí hay un error del que inventó esta maravilla, la palabra AMIGOS. En el facebook tengo grandes amigos, conocidos, y algo más, pero NO, no todos somos amigos, simplemente estamos en grupos, por favor que esto se empiece a entender de una santa vez, lo necesito,....
Y por último, no soporto que me sugieran "amigos" que ni siquiera conozco, porque nunca los voy a agregar. Si alguien me envía la petición de entrar en mi face, cosas muy raras tengo que ver para no aceptar (y ojo que las he visto, eh...), pero sugerirme a alguien que no conozco, y que tampoco me conoce y que ni siquiera sé si quiere entrar en ese grupo de "amigos", pues no lo entiendo...... Y lo siento, y aqui si que voy a tener críticas, pero no aguanto lo del "feisbuk"....., pero creo que esto no es más que una de mis tantas manías....
Sin darnos cuenta hemos creado una distancia entre el ser y el hacer.
Pero el facebook ha abierto la posibilidad de aparentar que participamos en algo, que construimos algo, y que somos algo. Es, junto con las demás redes sociales, una especie de nueva religión.
En la realidad virtual nos es más fácil crear un espacio nuestro, basta un click para aparecer. Por ello es que dejamos que lo virtual reemplace a lo material, a lo tangible, a la realidad en la que, quiérase o no, vivimos día a día, y a la que paradójicamente dedicamos menos tiempo interviniendo en su construcción.
¿Quién se queja del facebook? Pero ¿quién no se queja de la sociedad en la que vive? Sólo que se hace más para construir en lo virtual que en lo que más nos compete. ¿Por qué? Muchas respuestas pueden darse con respecto a esto, pero hay una en la que me atrevo a afianzarme y es en que las sociedades históricamente juegan a hacernos cobardes, ni siquiera apáticos, sino cobardes. Juegan a presentarnos la realidad como si fuese natural, como si no pudiera transformarse, como si así la tuviésemos que aceptar.
Facebook sólo es una herramienta de la sociedad globalizada de nuestra época, hecha así no por quienes dominan sino por quienes históricamente han sido dominados. ¡Qué puedo hacer yo! Es una exclamación en singular pero que pertenece a un colectivo, una exclamación marcada por el desdén, por la apatía, y por, repito, la cobardía.
Otro día les hablo de los que se pasan la vida buscando cosas de los de más por aquí, para saber de la vida de uno, por que su vida son muy aburridas, y los lios que se pueden montar en una realidad que tan solo es virtual.
Recuerda que la mejor forma de evitar situaciones embarazosas en Facebook en el futuro es no hacer juicios apresurados en tu vida personal. Todos somos humanos y convertirse en un paranoico puede no ser la mejor de las opciones. Conoce y administra tus opciones de privacidad, pero se consciente de qué es lo que tus amigos pueden publicar de ti, leer y sacar conclusiones de uno que no son.
Que descanses y que su vida sea algo más que esto del facebook.
Hasta más ver que es sinonimo de volvernos a ver.
Que pasen una feliz y calurosa noche de lunes del mes Julio, ya queda menos...
domingo, 18 de julio de 2010
Mis amigos de la Infancia *
Parece que el tiempo no pasa y nos recordamos en nuestra infancia como si fuera hoy.
Cuando nos vemos despues de más de veinte años, es como si nos vieramos todos los días.
Puede que sea porque ellos me han visto llorar por hacerme una herida en la rodilla al caerme de la bici, o jugando en el barranco al futbol y alguno me metiera el pie o me tirara una piedra a la cabeza,o porque me ayudaron a esconder o mentir a mis papás, con cosas que no quería que supieran, porque eran ellos los que me aguantaban cuando era un completo imbécil y algunos hasta me daban de merendar en sus casas, o porque nos enfadamos y desenfadamos tantas veces que te resulta difícil volverme a enfadar más en mi vida con ellos .
Cinco años y los echaba muchisimo de menos, cada mirada de ellos , en estos días me devolvía a cuando uno realmente era feliz y casi nada me hacía daño...
Cuando uno es niño y más en Santa Cruz de la Palma donde todos nos conociamos,no eligia a los amigos, allí se tenian por pura suerte, porque eran hijos de los amigos de tus papás, porque mi primer apellido empezaba por la misma letra que la de Jose Antonio y me pasé 13 años con él de compañero de pupitre, porque te toca un vecino con tu misma edad, Roberto petete, o porque todas las tardes jugábamos en la misma Plaza la de la Alameda los mismos, Rafa, Marcos, Roberto, Jose antonio, Gilberto, Dani, Fernando, Jose … y todas las coincidencias que quieran...algunos siguen en alli, otros en Madrid, Austria, Londres, Chile, Las Palmas, Lanzarote , Tenerife y otros lugares del mundo.
Estos amigos de mi infancia en Santa Cruz De la Palma, siempre estarán en mi corazón o cabeza o tripas, son de las pocas cosas buenas que me dio la vida.
Y conforme me he dado cuenta de que la vida no es el camino de baldosas amarillas con árboles de algodón de azúcar y barrancos de batido de chocolate que aparece en los cuentos, aprendí a apreciar los golpes de suerte que te presta, como nos han pasado estos días a todos nosotros al vernos, tan guapos todos...
A medida que creces, siempre te queda la esperanza de verlos cada cinco años, y la verdad que noche como la de hoy es la que uno se siente con los sentimientos encontrados; alegre por verlos a todos ellos y compartir como nos va nuestras vidas y recordar como vivíamos las de crío, y triste porque hasta dentro de cinco años esta magia no volverá a suceder y a saber qué pasa de aquí allá a cada uno de nosotros.
Pero ése, queridos amigos, será otro post, y sera dentro de cinco años, más o menos por estas fechas.
Les quiero amigos, siempre estan conmigo y son mi Faro en esta mi vida.
Pd. estos días pasé por mi Kinder, donde estuve desde bebé hasta los cuatro años, y la casa es de Manolo Blanik, el de los zapatos, así que, por algo salimos así todos.
Ya falta menos, solo nos quedan 1815 días para volver a encontrarnos todos, cuidense mucho mis Hermanos ... *
lunes, 5 de julio de 2010
En la Bajadita te espero *
Paso los días donde mejor se puede estar en estas fechas, Veo a mis amigo/as de la infancia, unos con la vida más que encaminada, otro/as como uno dando tumbos en ella pero más felices que nunca, nos miramos y nos emocianamos solo con eso.
No sé en qué momento dejamos atrás al niño que fuimos.
De vez en cuando como en estos días, reaparece, pero casi siempre lo empujamos al olvido antes de que influya en alguna decisión más o menos trascendente.
Si por aquel niño, la vida sería una aventura diaria por estas calles de Santa Cruz de la Palma aún,en la que no habría que desperdiciar ningún segundo.
Lo vería todo mucho más fácil, sin todas esas complicaciones y todos esos miedos que nos paralizan después de firmar el pirmer Credito.
Aquel niño, que fuimos en estas calles,recuerdo que apostaba por el optimismo y por la alegría aunque el mundo se estuviera viniendo abajo a su alrededor.
La vida era un juego en la plaza de la Alameda.
Y estos días ,lo sigue siendo.
Da lo mismo que la queramos convertir en una obligación de horarios y de malos augurios desconcertantes.
Siempre ha sido complicada, marrullera e inasible.
Si perdemos el sentido del juego,como lo haciamos en el Castillete, La Alameda, incluso por el Barranco la Nieves,donde tantas pedradas me lleve y más de uno se llvo una mía... tan parecido a la esencia a la propia vida, nos acabaremos desorientando inevitablemente.
La sonrisa nuestras de estos días, al cruzarnos o vernos en alguna Terraza, sigue siendo capaz de iluminar una mañana, una tarde , incluso los sueños de la noche.
Este niño que llevamos dentro es quien único puede poner cordura en este sinsentido de noticias catastróficas de periodistas que nos cuentan losque ellos quieren que sepamos,y previsiones económicas cada vez más enrevesadas e ininteligibles, y que si lo piensas mucho no te dejan vivir momentos como estos con los amigos/as de siempre.
Estos días como les cuento, los paso en la Bajada de La virgen del 2010 en la Islita de la Palma, son cada cinco años,cinco años que muchos de nosotros no nos vemos, cinco años que para nosotros es como uno, pero con todo este tiempo, han pasado infinidad de cosas por nuestras vidas y son momentos de vernos y ponernos al día de ellos.
Muchos de Nosotro/as ya no vivimos aquí, vivimos en otras islas,en otros lugares de Europa,Ámerica , incluso Anibal que vive en Australia esta estos días por aquí, palmeros por el mundo que diríamos.
Salir de una isla pequeña como esta para otro lugar del mundo, a estudiar, trabajar... Es más complicado que hacerlo desde cualquier rincon de una isla grande,para volver tenemos que cruzar el mar de una forma o de otra. El Transporte por ruedas en nuestra adolecencia nunca nos acompaño para ello.
Lo bueno de ser de esta Isla, es que cumplimos cada Lustro y eso no nos lo quita nadie y cada vez estamos más joeven respecto al resto.
Realmente los de nuestra generación de los setenta, que nos vemos estos días,por estas calles tan bonitas, que poco han cambiado en el tiempo,nos miramos y nos decimos aquello de... Te acuerdas cuando... y en ese momento, empiezan horas y horas de conversación, aunque la verdad que con más de una exnovia me he llevado grandes sorpresa...jajaja.
Recuperar al niño Siginifica el pensar y soñar con la Noche de los Enanos, Esa magía ese preguntar de todo el mundo de como lo hacen, quienes son,de donde salieron tan pequeños. Eso son cosas que solo las puede sentir a la larga de su vida Un palmero/a, Durante toda una Noche de Jueves cada cinco años.
Lo que reivindicamos nosotros estos días por estas calles, es la sonrisa limpia que yo veía dibujada en la cara de quienes estaban paseando junto con uno por la Trasera, que es así como llamamos nosotros a la calle Real,este gesto que siempre te acompañaba a todas partes cuando eras niño: la necesaria utopía que nos permita encarar el día a día con la esperanza de que la vida no es tan complicada ni tan aburrida como a veces nos parece.
Cada cierto tiempo uno piensa que las cosas estan muy perdidas en esta vida,y es cuando dejamos que el niño que fuimos por estas calles, busque de nuevo el camino y que solo pensamoS en cuando llegara los días como estos que son cada cinco años y nos empujan a seguir viviendo, con todoS loS que se nos han sumado a nuestras vida en ella.
Uno recuerda que con estos amigos, con estos días de bajada, con estas calles llena de vida de cara de niños, siempre estaremos a salvo.
Feliz Bajada Palmero/as , y Viva la Virgen de las Nieves.
En la Bajadita te espero *
domingo, 4 de julio de 2010
Dos Locos por la Marina Deportiva*
Noche de las que uno repetiría una y otra vez.. y se despidió de ella con el corazón desbocado, descontrolado y con una sonrisa llena de luz en el día de su cumpleaños.
Estaba inundado de sentimientos que como una enorme flota de barcos en la nueva marina de puerto calero de Santa Cruz De La Palma, después de una bonita regata, dominaban todo el océano de los sueños y más que navegar tocaban el cielo a través de la punta de sus dedos, cerrando los ojos casi podían volar.
Podía sentir sus manos, podía creerse rodeado por sus brazos y al respirar, todo olía a ella.
Debía acostarse y dormir, temprano llegaba el Domingo, y con el, él nuevo día, que esperan muchos Palmeros para bajar su Trono de plata, pero no podía conciliar el sueño porque otros sueños mantenían su mente y corazón en carne viva, latiendo descontroladamente, imaginando y soñando en palabras que decir, en miradas imaginadas, en besos que atraviesan los labios y llegan hasta lo más profundo del corazón.
Y soñaba que corrían por la playa de bajamar juntos, ella ya no luchaba por ser feliz porque ya era feliz, había encontrado su sitio y esta isla y él, era ese lugar. En su sueño él la perseguía corriendo sobre la arena negra, cerca de la Casa del ilustre Palmero conocido en el mundo entero por sus preciosos zapatos, Manolo Blahnik, mientras ella reía y se dejaba atrapar con dulzura solo por sentir el abrazo de un amor tan soñado y esta noche junto al mar tan cercano, tan profundo, tan infantil y a la vez tan sereno, como el que caía desde el cielo toda la noche, tan inmenso, tan humano.
A su lado él se sentía como la bestia que conquistaba el corazón de la bella pero no podía tener miedo porque ella se había enamorado de su alma y qué mayor tesoro puede tener un ser humano sino la pureza de su corazón. Sabía que se habían encontrado dos almas gemelas, o al menos eso sentía.
Y en su sueño no dejaban de mirarse a los ojos, sentía cómo podían dominar su voluntad y por primera vez en tantos años, se dejaba llevar a la deriva del azul de una mirada, del mar de sus pupilas, queriendo embarrancar para siempre en la playa de sus sueños.
Deseaba gritar que la quería con todo el alma pero cuanto más contenía su grito más emoción se alojaba en sus entrañas.
El tiempo no tenía medida entre ellos, la distancia era un puente firme que más que alejarlos los unía a través del corazón, los miedos a la vida eran simples papeleras en el camino donde los dos, juntos, cogidos de sus manos, iban arrojando poco a poco los papeles viejos y ajados de los malos recuerdos, de las pesadillas del pasado, el camino cada vez era más claro, más limpio, más hermoso.
Y cuando se miraban la vida adquiría color, porque desde siempre supieron que la vida sin color es menos vida y el amor no se finge, se siente o no existe y aparece como dos estrellas que se encuentran en la misma órbita, chocando sin control y explotando en la fusión más grandiosa y luminosa del universo.
Se miran, hablan, ríen y lloran juntos, se dejan llevar por los sonidos del silencio dejando hablar a sus corazones, su locura es la razón de sus vidas y mientras caminan de la mano, junto al malecón de la ciudad, se dejan acariciar por la brisa mutua de sus sentimientos y del mar.
Son dos locos que tocan el cielo porque no tienen miedo a volar, son dos almas gemelas que comienzan a caminar juntos a través de la eternidad, en una noche de Sábado en Santa Cruz de La Palma, a la espera de un maravilloso Domingo de Bajada de las Lustrales de la Ciudad.
Buenas noches bichitos, o buenos días ya *
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