Esta noche recuerdo a mi abuelo Ricardo, que vive en Cuba... lo recuerdo con el gesto melancólico, mirada ausente y manos temblorosas.
El criaba los sueños en una enorme jaula de bambú, según el me contaba.
No le importaba que se tratasen de complicadas quimeras o de las pequeñas fantasías de un recién nacido que aún no sabe con que soñar, a todos les daba el mismo trato y dedicación.
Llegada la noche, con metódicas costumbres, justo a la hora en que el Sol comienza a ser recuerdo, abría la puerta de la enorme jaula para que los sueños volasen con libre albedrío en busca de un lugar en el que asentarse.
Los observaba irse, noche tras noche seguía su alocado vuelo hasta que el último de ellos se perdía entre la inmensa oscuridad.
Era en ese instante cuando una pequeña lágrima recorría su mejilla dibujándole una cicatriz que parecía de cristal.
De vuelta a su cama le esperaba otra noche de insomnio, de los sueños que criaba ninguno con él se quería quedar.
Quizás uno de esos sueños de los que cría mi abuelo, lo tengas tu en esto momentos en ti, esta noche.
Felices sueños bichitos y que lo disfruten *
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