La Música de Sergio

domingo, 1 de agosto de 2010

El Verano tiene sus personajes *



El mar condiciona y puede que obsesione tanto que no podamos mirar la tarde sin ver las pardelas en el vientre de las olas.

Es lo que pienso después de regresar de la islita La Palma una vez más y estar con muy buenos amigos disfrutando de lo bonito que es vivir.

En la islita este verano me he encontrado con personajes por que otro nombre no tienen,que durante la época estival son más visibles, toman otra actividad y se rigen por los tiempos solunares como el resto de los seres vivos.

Estas personas toman carácter de personajes desde que ya no son del montón, sino que poseen rasgos peculiares que rara vez se pueden repetir en otros individuos, y que poseen el mérito de hacer uso de la parcela de libertad que nos deja este ir y venir que es nuestro estar en el mundo.

Del que les quiero escribir esta noche de caluroso Domingo, es de uno de ellos que vive cerca de la costa, que se alarga en las caminatas veraniegas, viste con una blusa que parece el velamen de una de una goleta y luce unos pantalones de tierra seca.

Sale desde el alba, con la diosa Matuta a la espalda y los ojos puestos en el camino que, a veces, baja y otras tantas desaparece en un badén hecho de pisadas y silencios.

Lleva un gorro de tela como si fuera a cantar rancheras a las puertas de la polvorienta cantina del ron, muy cerca de placita del pueblo.

El palillo de dientes que lleva en la boca recorre los labios con una rapidez meteórica que delatan los años de entrenamiento en este complicado menester; el palillo es un viejo amigo, de una edad complicada de adivinar a través del carbono catorce o de otros medios de datación temporal.

Quien les digo ya no sabe en qué bar se hizo con los servicios de este trocito de madera que navega húmedo y juguetón en las conversaciones; duda si el palillo lo acompaña desde aquella carne con papas que se le atravesó en el bar Entre sin tocar, o si es el eco nebuloso de aquella la sabrosa ropavieja de pulpo que se mandó la otra noche en la fiesta de la patrona.

Hoy lo veo como siempre. De cerca. Pasa a mi lado, saluda con la cabeza porque tiene las manos ocupadas: en una lleva un balde azul tapado con un paño de cocina con floritas y en la otra una caña con cuerno de cabra en la puntera.

Esto es lo mejor que hay, me dice, pa pescar viejas.

Cuando la vieja pica, el cuerno me lo dice mejor que un Gps…

Lo último que me dijo ya no lo oí, aunque algo gracioso tuvo que ser, porque se esfumó riéndose solo hasta que lo perdí de vista detrás del charco grande que apunta hacia la playa de bajamar, donde había un grupo de hombres jalando por la chalana.

Les recomiendo que este Agosto se fijen en nuestra gente, hablen con ellos, les prometo que es de las mejores cosas que les puede pasar en estas vacaciones.

Feliz noche y no pasen mucho calor mis bichitos *

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