La Música de Sergio

lunes, 6 de septiembre de 2010












En nuestro archipiélago atlántico, hay diferentes maneras de emprender un viaje al interior más íntimo de uno , no necesariamente para ser uno más culto, o aprender más sobre este mal llamado planeta Tierra, nos tenemos que ir a dos mil o tres mil kilómetros de aquí.



En los rincones de nuestras casas se pueden a la vez suscitar encuentros genuinos y sorprendentes con una serie de personajes, entre los que me incluyo, que sobrepasan la imaginación más calenturienta, verdad ? .


Puedes optar por viajar en verano al pinar de Tamadaba en Agaete, con cantimplora, bocadillo y la protección necesaria contra los incendios, a la playa de la Zamora en Fuencaliente, o a través de un tedioso canal temático de televisión sentado en el sofá de todos los días mientras se refresca con una horchata de chufa y irte a la puñeta desde tu casa.


Si elige viajar en Islas Airways ( esta publicidad para mi amigo Rayco.jeje ) y en solitario puede que el coste del desplazamiento no le resulte tan caro, pero si quiere llevarte contigo el Golden y al resto de la familia, el billete puede salirle igual de caro que si fuera a Sidney, donde ya no está mi amigo Maikel o a Tokio, donde ya está mi amigo Maikel… en primera especial.


Y en el vagón más económico del inexistente tren de cercanías canario se halla el viaje en barco y en horario nocturno, donde usted puede tropezarse con espectáculos medievales que ni en la peor de nuestras siestas sudorosas podríamos construir, porque podemos contemplar gratuitamente perfiles humanos que se encuentran fuera de toda catalogación antropológica conocida .


Si eliges, amigo, desplazarse en un ferry de travesía nocturna, puede que le toque un camarote con olor a chorizo de Teror , que siempre resulta típico, con un baño con vistas a la nada más oprimente, donde David Lynch podría rodar una de las películas más tétricas de su filmografía.


Las camas están diseñadas para aventureros que sólo existan de medio lado.


Una azafata de a bordo le indicará que la mar está en calma y que el camarote asignado en la proa es lo mejor del catálogo, y que si nota que la cabeza se le desprende de la almohada debido a los machetazos que da el buque sobre las oscuras olas de la noche, no es más que uno de los efectos especiales previstos por el Capitán.


En la cafetería, en el lugar donde se reparten las llaves de los camarotes, por unos momentos pensé que me encontraba en un plató de cine, próximo a rodar una película de Lars von Triers en un espacio en el que se retrataban escenas que ocurrían en el mismo y paralelo escenario .


Uno de los actores era un músico canario que venía de dar una pequeña gira por las islas, y donde el olor del mar le ayuda a ser muy feliz. Lo de las aventuras en tierra sin mar era para otros, según él me dijo.


También había un personaje que sólo existe a bordo de los barcos de carga y de pasaje, iba con unos tenis,( bambas, zapatillas deportivas) de color colorado (rojo), la tez morena, pelado de carnero, una mochila verde selva y una gorra a juego con el calzado; llevaba puestos unos auriculares a toda mecha, y un bocadillo de lomo especial con el que se desvaneció en un suspiro y como un remolino de tierra por la escala justo al llegar al puerto de destino.


El que me ha traído un día más a mi casa y a mi cama.


El mar no separa nuestras islas, las une y cada día más a todos nosotros.


Y es que , la marea lo devuelve todo. Sólo hay que sentarse y tener paciencia para ello, y a un palmero les puede asegurar que estas dos cosas no sobran y nos gusta *

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