La Música de Sergio

sábado, 15 de mayo de 2010

Dicen que no tengo tiempo



Tu tiempo, mi tiempo, el tiempo… el tiempo ajeno, el tiempo con dueño, el dios tiempo…

Uno es ajeno, el que llevas en tu muñeca con el sonar del tic tac, el que te dirá que vas tarde, el que tranquilizara porque aun falta para que se acabe la espera, el que se perderá cuando estés feliz y no notes su pasar… el que traerá la noche, el que marcará el día… el tiempo de la maquina que un día no tendrá batería.

Dicen que no tengo tiempo, que me quedan apenas dos telediarios,telediarios que ya no veo, que vaya ganas que tengo de meterme en estos berenjenales, ya con la edad que tengo, con sobrinos y sobrinas, formando barullo cuando uno los va a ver, que tú ha un no tienes nada; pero a mi ellos y ellas nos animan a seguir en la brecha y disfrutan viéndonos felices. Y eso que no puede venir a visitarme, son muy pequeños a un para venir solos; y a sus padres los trabajos los mantienen tan ocupados…

Dicen que no tengo tiempo. ¡Qué más da! Tengo futuro. El tiempo es una dimensión; el futuro es una esperanza que no se puede acotar con segundos, minutos u horas, y que palpita con los latidos del corazón. Por eso me hace sentir vivo; por eso disfruto de ella, pisando a tope el acelerador a mi expectativas.

Dicen que no tengo tiempo, pero yo les digo que para qué otra cosa sirve el tiempo salvo para tiranizarnos. Poco importa la falta de tiempo cuando yo me duermo a la noche con tu rostro grabado en mis retinas de tanto pensarte a lo largo del día, que no me canso de echarte el lazo de mis ojos, embrujados por tu belleza. Y me despierto sabiendo que una nueva jornada a tu lado es como una tregua, como una prorroga, como la que espero que mañana el Teneife nuestro Tenerife la gane, y que yo disputo con la frescura del que ha sido reserva durante mucho tiempo, a la espera de ganar la titularidad que tú me has dado.

Dicen que no tengo tiempo… Y qué puede importarme si a tu lado un siglo es un segundo. Ni toda la eternidad a tu lado me bastaría para colmar mis glotonerías de tu presencia, que de tanto estar a tu lado, tú tan dulce, me he ganado el apodo, y con orgullo lo llevo, de "el empalagoso" y "pegatina".

Dicen que no tengo tiempo… Y yo me rio de ellos; pero si juntos sumamos más de sesenta años, un bagaje de experiencia que para sí quisieran muchos de los que tanto nos critican, murmuraciones que no conforman más que un ramillete de envidia, telaraña que hace que el tiempo pase tedioso para quienes nos miran con recelo.

Dicen que no tengo tiempo… Pues resulta que este es nuestro tiempo, el instante propicio para saborear todas y cada una de las oportunidades que nos ofrece la vida, algunas de ellas vividas a destiempo, o justo en el tiempo más oportuno para que nos sea fácil exprimirle hasta la última gota de su jugo.

Dicen que no tengo tiempo… Y no se dan cuenta que mi tiempo es un soplo de aire renovado que aspiramos con intensidad y en el que perdemos la noción del tiempo, ganado la plena felicidad.

Dicen que no tengo tiempo… ¡Qué sabrán ellos del tiempo! Mi vida quedó parada en tu vida desde el mismo momento en que apareciste por las puertas de la residencia para romper mi soledad, ese látigo que fustigaba mi tiempo, haciéndolo interminable.

Tiempo, Tiempo, que es el Tiempo si tu no estas.

Feliz Tarde de Sábado *

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