Esta tarde-noche me han hecho pensar, me dicen que ya no escribo como antes, también y esto es cierto, que los momentos no son los mismos delante de esta pantalla de ordenador cuando lo hago, y todo esto me hace pensar también en la gente, gente nueva, gente que esta , gente que ha pasado por la vida de uno, y es que al principio de nuestra vida, y una vez más cuando envejecemos, nos hacen falta la ayuda y el cariño de los demás.
Desgraciadamente, entre estos dos periodos de nuestra vida, durante el tiempo en el que somos fuertes y capaces de cuidar de nosotros mismos, descuidamos el valioso cultivo del cariño y de la compasión con el resto de la gente.
Puesto que nuestra propia vida comienza y termina con necesidad de afecto, ¿no sería mejor que practicásemos la compasión y el amor hacia los demás mientras somos fuertes y capaces?
Pedro Guerra cantaba una canción preciosa que dice... Hay gente en la cola de todos los cines gente que llora gente que ríe gente, que sube y que baja de un coche, gente en el rastro y en los ascensores,gente en la guagua en el metro,en la lluvia en un árbol, gente en la cuesta vestida desnuda cantando,gente con sombra con dudas gente que añora y que ayuda,gente que vive a la moda que viene y que va...
A mi, como la canción del gran Pedro,quizás por aquello de criarme en la plaza de la alameda y en las calles del barrio de Chamberí, me gusta la gente que es espiritual, con idealismo en los ojos y los pies en la realidad.
Me gusta la gente que ríe, llora,como a él, y que se emociona con una simple carta,(email) un llamada, una canción, una buena película, un buen libro, un gesto de cariño,una mirada,un abrazo o un atardecer en la punta de hidalgo...
Gente que ama y tiene nostalgias, que le gusta estar con los amigos, que cultiva flores, que ama los animales, admira paisajes, la poesía, sabe escuchar y que le gusta "PERDER" el tiempo con los de más.
Gente que tiene "TIEMPO" para sonreír, pedir perdón, repartir ternuras, compartir vivencias y tiene espacio para las emociones dentro de sí, emociones que fluyen naturalmente de adentro de su ser!
Gente que le gusta hacer las cosas que le agradan, sin huir de compromisos difíciles, por más desgastantes que sean.
Gente que ayuda, orienta, entiende, aconseja, busca la verdad y siempre quiere aprender, aunque sea de un niño, de un pobre, de un analfabeto.
Gente de corazón desarmado, sin odio y preconceptos baratos, con mucho amor dentro de sí.
Gente que se equivoca y lo reconoce, cae y se levanta, asimila los golpes, tomando lecciones de los errores y haciendo redimir sus lágrimas y sufrimientos.
Me gusta mucho la gente así, gente sencilla sin más ...
Hay una ley no escrita que dice que “el mundo es de los fuertes”, y que “sobrevive apenas el más apto”.
Si esto fuese cierto, la especie humana no habría podido subsistir, pues sus individuos necesitan protección durante un largo periodo de tiempo (los especialistas dicen que apenas podemos valernos por nosotros mismos después de los nueve años de edad, mientras que una jirafa lo consigue en ocho meses como máximo, y una abeja alcanza su independencia en menos de cinco minutos).
Desde luego, hay momentos en los que este fuego avanza en otra dirección, pero yo nunca dejo de preguntarme: ¿Dónde están los otros? ¿Acaso me aislé demasiado? Como a cualquier persona sana, también me hace falta la soledad, el tiempo de la reflexión.
Pero esto no debe convertirse en un vicio.
La independencia emocional no conduce absolutamente a ninguna parte – a no ser a una pretendida fortaleza, cuyo único e inútil objetivo es impresionar a los demás.
La dependencia emocional, por su parte, es como una hoguera que encendiéramos.
Al principio, las relaciones son difíciles. De la misma manera, con el fuego hay que conformarse primero con el desagradable humo, que dificulta la respiración y arranca las lágrimas.
Sin embargo, una vez encendido el fuego del asadero o chuletada, el humo desaparece, y las llamas lo iluminan todo, transmitiendo calor, calma, y, de cuando en cuando, haciendo saltar alguna brasa que nos quema, pero que también anima nuestra relación con el resto de la gente.
¿No están de acuerdo?
Todos hemos oído hablar de una dolencia de África Central conocida como enfermedad del sueño.
Lo que tenemos que saber es que existe una enfermedad muy similar que ataca al alma, y que es muy peligrosa, porque se desarrolla sin ser detectada. Al notar el menor síntoma de indiferencia y de falta de entusiasmo ante los demás, hay que hacer saltar las alarmas.
La única manera de prevenirse contra esta enfermedad es entender que el alma sufre, y mucho, cuando la obligamos a vivir superficialmente.
Al alma le gustan las cosas bellas y profundas y sobre todo la buena gente como tu.
Lo que no me gustaría es terminar como la canción de Pedrito Guerra ...Hay gente que sueña que abraza a otra gente gente que reza y luego no entiende gente durmiendo en el borde del rio gente en los ...Pero que sola esta...
O como dice Ortega Cano… Que sabe la gente, que sabe la gente... Que tu cariño y el mío es como la corriente. Que sabe la gente… http://www.youtube.com/watch?v=Y_Bkfxfvh7M&NR=1
Buenas noches Bichitos, buenas noches mi gente, que diría de nuevo Pepe Benavente*
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