La Música de Sergio

martes, 2 de marzo de 2010

Los Nenufares en mi noche *



Hoy quiero que mis letras sean líquidas como el agua que todo lo purifica, y que casi cae esta tarde o que cayo en algún lugar de donde tu lees esto. Por añadidura, las deseo tal como ella es: incoloras e insípidas, también carentes de Issey Miyake.

Aunque sí las derramaré rociadas de delirios. Lo haré desgranando pálpitos de mi corazón, que cada día se sumerge en esa liquidez embriagadora que es el romanticismo y se que suena algo cursi lo sé.

Lo hago por el placer de alejarme como cada noche, de deshabitarme de malos humores, de pesares y dolencias del día. Será un baño de oro fundido, de, en definitiva, palabras doradas que transmiten y se amolden a cualquier recipiente acogedor que tenga a bien apoderárselas y como no, puedes ser tu.

Así, las dotaré de fragatas navegantes que surquen mares de infinitas longitudes.

Las haré barcas surcando mares caudalosos o fríos, arropados por estrellas,pero las de mar. Serán barquitos de papel en lagos cubiertos de nenúfares, como los del parque García Sanabría.

Ellas, yendo a la deriva, sin rumbo ni orientación, serán ondeadas y curiosas.

Arribarán a orillas varias y tomarán prestados sus obsequios; perfumes de madreselvas, músicas de vientos acariciando las hojas que miran al cielo, silencios venidos de la espesura de almas doloridas, risas de gacelas que no han de correr en pos de salvar su vida, lágrimas de amor de sirenas que ansían desprenderse de su cola de pez…

Serán hermosos recipientes que las doten de forma, de consistencia, de sentido, al fin. Se bañarán en sí mismas, en esa agua que serán. Se evaporarán de mis manos cuando sol de la amanecer las absorba, convirtiéndolas en nubes almidonadas que viajarán por el cielo pintado de azul hasta otras guaridas ni siquiera imaginadas.

Ya caen de mis manos, ya riegan el jardín de mis sentires…

Ya son agua fresca y romántica capaz de alejarme egoístamente, como cada noche, y en beneficio propio, de los males del mundo que entumecen eso otro tan etéreo y a la vez tan sublime que nos habita:

Mi espíritu…

Y que sepan que todavía me apetece bailar a estas horas de la noche.

Que descansen bichitos hasta más ver *

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